Cómo acabar con la adicción al maquillaje: ¿qué es el Proyecto Pan?
Seguro que más de un@ vio en mi artículo anterior la mención al #proyectopan y se quedó con cara de "¿proyecto qué?".
¿Qué es el #ProyectoPan y cuál es su objetivo?
Os lo explico grosso modo: se trata de un hashtag mal traducido del inglés "project pan" o #projectpan, que significa algo así como "proyecto fondo". Por fondo nos referimos al fondo metálico de las polveras y productos prensados como sombras o coloretes, que en inglés se llama "pan". No soy nada amiga del uso innecesario de anglicismos, pero en ese caso no he sido yo quien inventó o popularizó este hashtag, y no hay nada que pueda hacer al respecto 🤷🏽♀️.
El fin de este proyecto es acabar los productos de maquillaje que tengamos para promover el consumismo responsable y evitar los vicios de acumulación por influencia de Instagram, los blogs o los canales de Youtube. Es decir, usar los productos que adquirimos hasta acabar viendo el "pan", el fondo.
¿Por qué quiero seguir el Proyecto Pan?
Supe de esta iniciativa a través del Instagram de Lady Piratilla y me pareció muy buena. Justo llevaba unas semanas reflexionando sobre el tema, me estaba mudando a mi nueva casa y reparando en la cantidad de cosas materiales que acumulaba y muchas de las cuales no usaba. Y por esos días recuerdo también que Mercadona lanzó unas paletas de sombras muy monas, y medio Instagram se volvió loco y todo el mundo las quería comprar. Yo fui una de las primeras que también pensó "tengo que ir a Mercadona y hacerme con ellas", pero acto seguido me pregunté "¿Para qué?". ¿Para qué quería yo gastarme dinero en una nueva paleta que estaba claro que no necesitaba? ¿Para no quedarme atrás porque "todo el mundo" hablaba de ella? ¿Para hacerle cuatro fotos y dos swatches y subir las fotos a Instagram o al blog? ¿Y luego qué haría con ella, la dejaría morirse de la risa en un cajón como me ha sucedido con otras paletas que he tenido anteriormente?
No sé vosotras, pero a mí este tipo de consumismo impulsivo e inconsciente me avergüenza (problemas del primer mundo...) Se potencia el gasto de dinero en cosas superfluas y la acumulación en casa de trastos que probablemente acabes tirando a la basura porque no los usas. A veces veo las colecciones de maquillaje de algunas personas por redes sociales y me entran hasta mareos...Salvo que seas maquilladora profesional o que vivas de ello (como Tati Westbrook, por ejemplo), ¿crees necesario acumular más maquillaje del que realmente gastarás en toda tu vida? Mirad por ejemplo este vídeo, donde una chica enseña su colección de maquillaje y potingues, tan grande que tiene un mueble entero para guardarlo todo (y no es un mueble nada pequeño). O también, ¿habéis visto el furor y la histeria que se desatan cada vez que sale una paleta nueva de Kylie Cosmetics, Anastasia o Huda Beauty? Se agotan en segundos porque todo el mundo quiere tenerlas ya, aunque ya tengan otras diez paletas en su colección.
Cada vez hay más testimonios de personas, anónimas o con canal en Youtube, blog, etc., que admiten que esto se les ha ido de las manos y que necesitan atajar el problema ya. Si buscáis en Google o Youtube "adicción al maquillaje" o "makeup addiction" encontraréis mucha información sobre el tema. Empecé a documentarme sobre él y descubrí que la acumulación compulsiva de maquillaje a veces obedece a algún trastorno o adicción. Por ejemplo, en este artículo, su autora explica que se enganchó a comprar maquillaje como una vía de escape porque era lo único que le consolaba en una mala época de su vida. Aquí tenéis otro testimonio en vídeo:
Con esto no quiero decir que todas las personas que acumulemos maquillaje tengamos un trastorno, faltaría más.Yo no puedo decir que haya tenido o tenga una adicción seria como muchas de estas chicas pero sí que reconozco que he experimentado muchísimas veces ese subidón de entrar en Kiko, Primor, NYX, incluso Primark y salir con algún producto de belleza o maquillaje en la bolsa. El subidón me duraba lo que tardaba en llegar a casa, abrirlo, probarlo, sacarle fotos, subirlas a Instagram y meterlos en el cajón del olvido. A veces ni siquiera llegaba a hacerles foto, los guardaba y me olvidaba de ellos. Vale que esto lo hacía un par de veces al mes, a lo mejor tres o cuatro a lo sumo, pero sigo manteniendo que esta especie de síndrome de Diógenes potingueril no es sano.
Por eso, uno de mis más firmes propósitos de este año (aunque llevo ya un par de meses cumpliéndolo) es no comprar más maquillaje hasta que no termine el que ya tengo y consumir de manera más responsable y consciente.
Y vosotras, ¿os unís también al Proyecto Pan?
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